El 18 de diciembre, en el marco de una jornada nacional de acción titulada «Día sin migrantes: nada ocurre sin nosotros», nos reunimos con nuestros aliados para enviar cartas a los ministros de Quebec y Canadá denunciando las últimas políticas de inmigración.
En 2024, varios anuncios del gobierno se centraron casi exclusivamente en reducir el número de inmigrantes y emigrantes, sin proponer ninguna medida de protección para los que ya están en el país. Como consecuencia, cientos de miles de personas están viendo modificadas las normas sin demora y se sienten abandonadas.
Hace apenas cuatro años, los mismos trabajadores inmigrantes eran elogiados por su trabajo en sectores «esenciales» durante la crisis de COVID-19. Los gobiernos de Canadá y Quebec han recurrido a los trabajadores migrantes porque de ellos depende la supervivencia de nuestra sociedad y nuestra economía.
Hoy en día, los inmigrantes siguen trabajando en estos sectores esenciales, supliendo la escasez de mano de obra. Sin embargo, sus condiciones de trabajo son cada vez más penosas y están peor pagadas. En lugar de conceder a los migrantes los mismos derechos en el trabajo y en la vida cotidiana, nuestros gobiernos federal y provinciales cambian de opinión de la noche a la mañana. Desde 2023, se señala a los inmigrantes, acusándoles de ser el principal factor de la crisis de la vivienda y de los servicios públicos, a pesar de que estos problemas sociales son el resultado de décadas de infrafinanciación de los programas públicos.
Con la aplicación de medidas restrictivas en otoño de 2024, los trabajadores inmigrantes tienen más dificultades para renovar sus permisos de trabajo u obtener otros nuevos. Por ejemplo, limitar la validez de los permisos a un solo año (como ocurre con el Programa de Trabajadores Extranjeros Temporales para puestos de bajo salario) hace casi imposible obtener un nuevo permiso con un nuevo empleador, ya que el proceso suele durar más de seis meses. Los estudiantes internacionales recién llegados lo tendrán muy difícil para obtener su permiso de trabajo una vez finalizados sus estudios. A los solicitantes de asilo se les retira automáticamente el permiso de trabajo o estudio en cuanto se hace ejecutiva una orden de expulsión. Para todas estas personas, el acceso a la residencia permanente es aún más restringido. La promesa del gobierno liberal de un programa de regularización amplio e inclusivo se ha incumplido. Los gobiernos están atrapando a los inmigrantes en una inseguridad aún mayor y pisoteando los planes de vida y los sueños de futuro de cientos de miles de personas.
«Nuestros empleadores abusan de nosotros y nos explotan a causa de la licencia cerrada: reducción de jornada sin preaviso, salarios que no se respetan, amenazas de despido si no cumplimos las numerosas tareas nuevas añadidas al contrato de trabajo. Por no hablar de las numerosas frustraciones y discriminaciones. Los últimos cambios en materia de inmigración se suman a todos estos abusos. ¡Ya no aguantamos más!
– Angélique, trabajadora temporal de la región de Bas-Saint-Laurent.
¡Rechacemos permanecer en silencio ante estas injusticias! Exigimos el cese de las últimas medidas de inmigración para las personas que ya se encuentran en el país; la introducción de un programa de regularización global e inclusivo; la suspensión inmediata de las deportaciones y detenciones; la abolición de los permisos de trabajo cerrados; el acceso a la residencia permanente para todos los trabajadores; y un apoyo real a la francización.
Los comentarios están cerrados.